Por Emmanuel Díaz Schlamelcher
Literalmente, el deporte es todo en su vida y no se conforma con practicar una sola disciplina ni tampoco jugar en un único club. Siempre quiere más y la mayor parte de su tiempo la dedica a entrenar o a participar en alguna competencia. Lautaro Chacón tiene 13 años y muchos sueños por delante, tanto en el fútbol como en el karate, sus dos pasiones.
El joven pocitano dio sus primeros pasos en el fútbol cuando tenía tan solo 4 años. Jugó en Cora, en Fair Play, en Estudiantil y también en Trinidad, equipo con el que ganó su primer Mundialito en el 2017 siendo local. Sus ganas de triunfar en el fútbol lo llevaron a Buenos Aires, donde en el 2019 estuvo a prueba en San Lorenzo de Almagro y quedó. Luego, le dijeron que regresara al año siguiente. Lautaro volvió pero una fiebre inesperada le impidió ir a las prácticas hasta que finalmente fue evaluado por varios profesores que aprobaron su talento pero a la vez consideraron que le faltaba altura.
De todas maneras, el marcador de punta izquierdo no bajó los brazos y buscó revancha. En ese entonces ya vestía los colores de San Martín y se enfocó en mejorar día a día para cumplir su gran sueño: jugar en la Primera División del fútbol argentino. El zurdo arrancó como volante por izquierda, pero luego se perfeccionó como marcador de punta con proyección al ataque y, con Fabrizio Angileri (Lautaro es hincha de River) como gran referente, se adueñó del lateral en cada equipo que le toca representar.
El último tiempo fue soñado para Lautaro. Porque en diciembre pasado conquistó el título del fútbol local con la novena de San Martín y el propio jugador contó que fue por demás complicado. «El campeonato fue difícil porque en cuartos de final jugamos contra Sportivo Desamparados y ganamos 2-0 el clásico. Luego enfrentamos a mis excompañeros de Trinidad y, como yo los conocía, aporté datos para poder vencerlos. Finalmente se dio en los penales y después derrotamos 1-0 a Peñarol en la final», expresó a La Excusa Deportiva.
Así como terminó el 2021, comenzó el 2022, saliendo campeón. Lautaro dejó por un rato la camiseta verdinegra y se puso la de Sporting, su otro club con el que ganó el año pasado la San Juan Cup. Días atrás, participó del último Mundialito de Trinidad y fue una pieza clave para obtener su segunda estrella en el Templo del Barrio Atlético tras vencer por penales 5-4 (1-1 en los penales) a Alianza en la final de la categoría 2008. El festejo estuvo a la altura de las circunstanciaras el lunes pasado. Luego de derrotar al Lechuzo, Chacón y sus compañeros se fueron a una finca y disfrutaron de una comida y de la pileta para después participar de la ceremonia de premiación en Trinidad.
Pero el fútbol no es todo en la vida de este joven, porque el karate ocupa un lugar más que importante en su agenda. Comenzó a practicar artes marciales para aprender defensa personal hace dos años y, representando al Infinit Power, ya compitió en otras provincias, se ganó el derecho de portar el cinturón naranja y fue campeón en la categoría hasta 52 kilos en los últimos Juegos Evita provinciales.
«Mi sueño es estar en la selección argentina de karate y me llegó una invitación para entrenar en Buenos Aires, pero estoy evaluando esa posibilidad porque se me va a complicar por los entrenamientos en San Martín», dijo Lautaro, que claramente prioriza a la número cinco.
Para poder cumplir los objetivos, el deportista afronta un día a día intenso con su papá Ricardo como protagonista, que es quien lo lleva de un lado para otro para verlo feliz. «Vivo en Pocito, voy a la escuela Juan Pablo II de Rawson, luego entreno con San Martín en el predio Emmanuel Mas de Chimbas y al menos tres días por semana participo de las prácticas de karate. Además, cuando puedo voy a Sporting», detalló.
Lautaro admitió que su fuerte no es el estudio pero es consciente de que tiene que terminar al menos la secundaria. Pero lo que más en claro tiene es su sueño de jugar en la elite del fútbol argentino. «Con San Martín voy a saltar a las categorías de AFA (Asociación del Fútbol Argentino) y quiero seguir el camino para ser profesional. Mi papá me apoya en todo y por eso voy a esforzarme para lograrlo», cerró el marcador de punta que también la rompe en karate.